Dado que las tijeras son una herramienta de uso diario, los usuarios (todos los usuarios potenciales) deben sentirla confortablemente en sus manos, y el usuario no debe sentirse cansado al final de una jornada de trabajo con las tijeras. Esta es la función de la forma final de las tijeras. Las formas tanto de las hojas, como de las manijas o mangos se diseñan con lo anterior en mente. Esta es la razón por la cual las tijeras que van a ser usadas sobre una mesa son anguladas, las tijeras para uñas siguen el contorno de las uñas, y las tijeras de bordar son extremadamente puntiagudas. Adicionalmente se debe tener en cuenta que las distintas formas de las manos de los usuarios deben alojarse cómodamente para cumplir las funciones para las que las tijeras han sido diseñadas.

Unas buenas tijeras siempre se cierran suavemente con un mínimo de esfuerzo, para garantizar lo anterior, todos los defectos deben ser minimizados, la fricción ocurre al mover dos superficies entre sí. En otras palabras, la fricción ocurre entre el filo de las hojas y la superficie de giro en el tornillo llamada plato. El arco y la hélice de las hojas hacen que haya contacto solamente en dos puntos: en el plato detrás del tornillo (carrera) y en el punto en el que los dos filos se encuentran. Esto se logra dándole a las hojas un arco completo desde la carrera hasta la punta de la superficie desbastada. Para disminuir esta fricción, los puntos de contacto deben estar pulidos y aceitados, ya que una superficie suave proporciona el mínimo de fricción. Es importante que el temple de la hoja cubra por completo la superficie de la carrera para que la fricción se realice entre dos partes duras para evitar la formación de grano. Igualmente es deseable que las aristas del final de la superficie desbastada no coinciden, sino que en una hoja sobresalga aproximadamente 0.3-0.5mm con respecto a la otra para garantizar una superficie de rodadura más adecuada. Una arandela puede facilitar el movimiento de las hojas especialmente si se trata de un material antifricción como los plásticos. Unas tijeras buenas al cerrar, se deben empezar a tocar un poco adelante del inicio del filo y deslizarse con una presión constante a lo largo de la carrera de cierre.

La durabilidad de unas tijeras no es solamente un aspecto ambiental, sino también ético, ya que quien compra unas tijeras espera ver representada su inversión en una herramienta duradera. La vida de una tijera depende de los materiales con que está construida y de todos los aspecto relacionados con la manufactura, tales como precisión, dureza, y ajuste.

Finalmente, el impacto visual es una seña de la calidad de unas buenas tijeras. Este criterio no está solamente limitado al acabado pulido de la superficie, sino también a la totalidad de lo aspectos de la presentación. El fino y brillante acabado de las superficies es un claro indicador del cuidado con que se han manufacturado las tijeras.