Las tijeras Incolma deben se mantenidas en un lugar fresco y seco. Limpiarlas regularmente. Especialmente de los materiales acumulados en las caras interiores de las hojas y en los filos, o en la carrera. Periódicamente se deben aceitar los puntos de contacto. Para prevenir la oxidación se deben aceitar ligeramente los filos al guardar las tijeras. Se debe usar un aceite delgado para dicho propósito. No colocar las tijeras cerca a los bordes de las mesas, ya que pueden caerse al piso y casi en la totalidad de las caídas al piso, las tijeras sufren daños en los filos y las puntas. Nunca debe forzarse un corte si se siente resistencia, esto puede ser una indicación que se está usando la tijera inadecuada para el trabajo, o que las tijeras necesitan una reparación. Los alfileres deben ser colocados retirados de la línea de corte para evitar atraparlos entre las hojas con el consecuente amellamiento.

Lo que comúnmente llamamos filo, es el ángulo que forma el borde cortante de la hoja. Mientras más pequeño sea dicho ángulo, más filosa será la tijera. Sin embargo, la desventaja de un ángulo muy agudo es que se amellara fácilmente debido a la pérdida de resistencia por lo delgado del mismo. Por lo tanto la forma y tipo del filo son definitivos a la hora de manufacturar unas tijeras. Los ángulos del filo pueden variar de acuerdo con los materiales a cortar (Es decir con el uso final de las tijeras). Es importantísimo que el filo de las tijeras Incolma tengan un esmerilado con una piedra de grano lino, con lo que las pequeñas imperfecciones del borde se eliminan formando un filo suave y consistente. Un filo liso corta mejor que uno irregular ya que el punto de contacto se mantiene en donde debe estar. El filo está reforzado con la forma de cuña que tienen las hojas, lo que hace que el material cortado se deslice hacia afuera ayudando en la función cortante.